El primer ministro israelí, Yair Lapid, este jueves reconoció su derrota ante el ex primer ministro Benjamin Netanyahu.
“El Estado de Israel está por encima de cualquier consideración política”, dijo Lapid, según un comunicado. “Deseo que Netanyahu tenga éxito, por el bien del pueblo de Israel y del Estado de Israel”.
Netanyahu ha dominado la política israelí durante más de una década, regreso al poder con la ayuda de los partidos de extrema derecha que surgieron en la corriente principal tras las últimas elecciones del país.
Con mayoría de aliados buscará formar un gobierno mayoritario en el parlamento israelí. El resultado no solo asegurará el regreso de Netanyahu, sino que dará el giro a la derecha del país, lo que supondrá un dolor de cabeza para Estados Unidos y dejará aún más de lado las esperanzas de paz con los palestinos.
Netanyahu, está siendo juzgado por cargos de corrupción, parecía dispuesto a volver a la oficina del primer ministro.
“Hemos recibido un enorme voto de confianza y estamos a punto de conseguir una gran victoria”, dijo Netanyahu en un mitin de victoria en Jerusalén el martes.
El líder israelí, de 73 años, lleva un total de 15 años en dos periodos. Pero el gobierno que probablemente forme será el más derechista en la historia de Israel.
Este 2022, probablemente, sea un año más sangriento para los palestinos en Cisjordania y Jerusalén oriental desde 2005, según las Naciones Unidas.
Este año ya han muerto unos 125 palestinos por fuego israelí. Algunos fueron abatidos mientras realizaban ataques contra israelíes, otros murieron durante protestas. Alrededor de 25 israelíes y extranjeros han muerto en ataques palestinos este año.
La administración Biden dijo que está preparada para trabajar con un gobierno israelí.
Tom Nides, embajador de Estados Unidos en Israel, dijo que está “encantado de ver una participación tan fuerte de los votantes”. Añadió que esperaba “seguir trabajando con el gobierno israelí en nuestros intereses y valores compartidos”.
La administración Biden apoya una solución de dos estados al conflicto palestino-israelí, con un estado palestino independiente junto a un Israel seguro.
Las elecciones suponen una derrota decisiva para la izquierda israelí. El Partido Laborista, que dominó la política israelí durante las primeras décadas del país, parece haber ganado solo cuatro escaños en la contienda.
