El presidente ecuatoriano Guillermo Lasso disolvió la Asamblea Nacional (Parlamento) y puso fin así al juicio político que buscaba destituirlo. Tras la decisión recibió el apoyo de las Fuerzas Armadas.
Lasso ahora gobernará hasta seis meses por decreto con el control de la Corte Constitucional y deberá convocar elecciones presidenciales y legislativas. Los ganadores de esos comicios completarán el actual periodo presidencial y legislativo que concluirá en mayo de 2025.
El mandatario recurrió a la “muerte cruzada” antes de esperar al debate que debía llevarse a cabo en la Cámara para posteriormente votar la moción de censura, en la que se requieren 92 votos para destituir al jefe de Estado, equivalentes a dos tercios del hemiciclo.
El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Nelson Proaño, expresó en una conferencia su apoyo a la decisión del mandatario al sostener que se fundamenta en la constitución y, por tanto, “debe ser respetada”.
La Asamblea fue desalojada de madrugada y un fuerte contingente militar y policial en los alrededores impidió el paso. De acuerdo con la ley, la Asamblea debe cerrar sus instalaciones y solo su administrador general estará autorizado a mantener en activo al personal fijo. El resto de los contratos provisionales quedarán sin efecto.
A partir de ahora, el Consejo Nacional Electoral debe convocar elecciones presidenciales y parlamentarias, que deberán celebrarse en un plazo máximo de 90 días. Si bien la Constitución no especifica una duración para este proceso, se estima que podría durar entre cuatro y seis meses. Lasso podría presentarse como candidato.