La profunda fragmentación del Congreso peruano y el desplome del fujimorismo no fueron los únicos protagonistas al anunciarse los resultados de las recientes elecciones en el país andino. El Frente Popular Agrícola del Perú (Frepap), un partido milenarista y mesiánico cuyos miembros portan túnicas de la época de Jesucristo, se convirtió en la segunda fuerza más votada.
La formación es el brazo político de la ultraconservadora congregación religiosa Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal (Aeminpu), que predica enseñanzas del Antiguo Testamento combinadas con elementos de la cultura incaica y andina. La organización política de los "israelitas", como también se les conoce, fue fundada en 1989 por Ezequiel Jonás Ataucusi, cuyo hijo Ezequiel Ataucusi Gamonal lidera actualmente el partido.
Perú es un país privilegiado, algo así como el Israel de Occidente, de la misma forma que Ataucusi era el Cristo de Occidente. Los hombres no cortan sus cabellos y barbas para no ir "contra la voluntad de Dios" y las mujeres cubren su cabellera con un velo. El paso de los años ha secularizado el aspecto de algunos de sus miembros, pero estos rasgos distintivos siguen bien presentes en su vida pública.
Se equivocaron cuando dijeron que su "mesías andino" resucitaría al tercer día, al igual que cuando profetizaron el fin del mundo en el año 2000. No obstante, su campaña en Facebook de cara a estos comicios demostró estar mucho más acertada.
El antropólogo Carlos Ernesto Ráez Suárez subraya que el factor clave de su pródiga cosecha electoral es el lugar clave que ocupa el elemento agrario en la doctrina religiosa israelita. La región amazónica de Ucayali, donde el partido logró sus mejores números un 24% de los apoyos que ilustra esta explicación.
"Es una de las regiones donde cuenta con más cooperativas agrarias, espacios donde los israelitas han podido reproducir sus tácticas, promover la autogestión y también llevar a cabo un acto de patriotismo", dice Ráez Suárez al medio internacional Deutsche Welle
"A nivel de propuestas, muchas de ellas son transversales", explica Ráez Suárez. Así, no todo es el Antiguo Testamento cuando los israelitas se ponen a hacer política.
La eliminación de la inmunidad parlamentaria, la reducción de la jornada laboral o aumentar el impuesto a la riqueza son propuestas que parecen haber sintonizado muy bien con el hartazgo ciudadano peruano donde siguen creciendo las malas hierbas de la corrupción.
Perú es uno de los países en América Latina que aún no ha regulado ni el matrimonio igualitario ni las uniones civiles entre personas del mismo sexo. |